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El sector funerario analiza el modelo público privado con los agentes sociales, económicos y asistenciales de Barcelona

Jornada Mémora

El auditorio de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona, Barcelona School of Management, fue ayer, 21 de junio, escenario de la jornada ‘El abordaje social, político y económico de los servicios sociales. El Caso de los Servicios Funerarios’. El encuentro contó con la asistencia de aproximadamente un centenar de personas procedentes de los sectores privado y público en los ámbitos académico, sanitario, jurídico, sindical, asociativo, tercer sector, políticas públicas y deontología, según informa el comunicado remitido por Grupo Mémora.

El acto comenzó con una conferencia de bienvenida y apertura a cargo de Walter García-Fontes, Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UPF, y contó con la intervención de Oriol Amat, catedrático de la UPF, quien destacó la necesidad de contar con estudios de rigor estadístico a partir de los cuales se amparan las iniciativas públicas. En este sentido, las conclusiones de su estudio sobre ‘El gasto funerario en la ciudad de Barcelona’, basado en una amplia muestra de 40.000 facturas, muestran que los gastos de un servicio funerario en Barcelona dependen en buena parte de la voluntad individual de las personas.

Seguidamente, se llevó a cabo la primera mesa redonda sobre el contínuum asistencial, desde la vida hasta la muerte. En esta primera parte, con un enfoque más social, intervino el Dr. Josep Planas, Jefe de la Unidad de Curas Paliativas del Hospital del Mar (Barcelona), quien puso sobre la mesa la necesidad de colaboración, cooperación y confianza entre todos los actores implicados en la atención al paciente, ya sean médicos, enfermeras, psicólogos o las propias empresas funerarias. “Actualmente ya están en marcha servicios sociales no cubiertos públicamente que se han ido implementando en nuestra sociedad de manera satisfactoria y que, al ser cada vez más complejos y plurales, implican una colaboración conjunta de los diferentes profesionales del sector”.

A continuación, Francesc Torralba, Catedrático de Ética de la Universitat Ramon Llull y miembro del Consejo de Transparencia del Ayuntamiento de Barcelona, trató el sector funerario desde un punto de vista totalmente independiente del ámbito político e ideológico y destacó que es necesario entender la muerte desde tres principios: el de autonomía, garantizando que la persona que experimenta el proceso final de vida pueda escoger libremente cómo quiere que sea este procedimiento; desde un principio de equidad y justicia, para que el paciente reciba una atención y unos servicios sociales y funerarios de calidad; y desde un principio de veracidad, que supone mantener a la persona informada en todo momento, ofreciendo soporte emocional y afectivo antes, durante y después de la muerte, tanto de la misma persona como de sus familiares.

Finalmente, Gemma Roces, responsable de programas de cuidadores, mujer y formación en el final de vida y duelo de la Cruz Roja Barcelona, se encargó de aportar la visión del tercer sector, destacando que el servicio funerario es esencial y se debe mostrar de manera ética, profesional y transparente para conseguir una sociedad más justa e igualitaria. “El cuidado de las personas es el centro de nuestra actividad, acompañar y cuidar de ellas es un eje importante para las sociedades”.

Después de la pausa, se dio paso a la segunda mesa redonda en la que se abordó ‘Qué aporta a la población y cuáles son los beneficios implícitos en la colaboración público privada en la prestación de servicios’. Por su parte,  Mònica Reig, directora asociada del Centro de Gobernanza Pública de ESADE, fue la encargada de inaugurar esta segunda parte, incidiendo en que la relación entre el mercado, la sociedad civil y el estado permite el crecimiento de los países que aplican este modelo de relación. Por tanto, considera que las sinergias y colaboraciones entre administraciones públicas, empresas privadas y organizaciones sin ánimo de lucro permiten que, por un lado, el sector público ofrezca servicios y bienes públicos, mientras el sector privado mejore la calidad de los servicios ofertados.

Por su parte, Lluís Cases, socio de Garrigues, especializado en Derecho público, urbanismo y competencia, destacó la transcendencia pública de la gestión de los servicios funerarios y aclaró que si la administración actúa como operador de estos servicios, debe hacerlo en un marco de libre competencia. Josep Ventura, director general de Áltima, cerró la mesa redonda detallando qué aporta el sector privado a la ciudadanía en relación a los servicios funerarios y afirmó que, los servicios compartidos permiten generar economías de escala, una realidad que una empresa pública no podría sufragar en su totalidad. Asimismo, puntualizó que la entrada de la colaboración público privada ha permitido profesionalizar el mercado hasta tal punto que, actualmente, el servicio funerario se concibe como una red de servicios, no solo de tanatorios, sino de servicios sociales que reportan grandes beneficios para la ciudadanía.

Las jornadas también contaron con la intervención del Jordi Portabella, exconcejal del Ayuntamiento de Barcelona y actual director del Área de Investigación y Conocimiento de la Fundación Bancaria “la Caixa”, quien protagonizó la ponencia sobre “El silencio social de la muerte”. Portabella considera que para poder dejar de hablar de la muerte como un tabú debemos ser capaces de saber comunicar y evitar la inexistencia de noticias, tanto a las familias como a las personas afectadas; y sobre todo, de desestigmatizar la muerte.

Finalmente, Juan Jesús Domingo, presidente de Servicios Funerarios de Barcelona y Consejero Delegado de Mémora, clausuró el acto haciendo una valoración y reflexión sobre el proceso final de vida y sobre la gran oferta de servicios sociales asociados a los servicios funerarios que revierten positivamente en la ciudadanía a través de una colaboración público privada. 

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