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La vuelta de vacaciones intensifica los procesos de duelo

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Grupo ASV Servicios Funerarios advierte que volver de las vacaciones intensifica los procesos de duelo tras la pérdida de un ser querido.  “Las vacaciones, para bien o para mal, nos dan una tregua a este respecto, ya que nos distraen, la vida social aumenta y los días se llenan de actividades, etc. Ese ajetreo, el aumento del ritmo durante unas semanas, nos hace pensar menos en lo sucedido”, explica Luisa Pedrero, psicóloga de Apoyo Al Duelo, proyecto con el que Grupo ASV presta atención a las personas que afrontan un fallecimiento en su entorno más cercano.

Al volver a la rutina, las distracciones desaparecen y llega el momento de asimilar. “Es a partir de ese momento cuando asumimos que nuestro ser querido realmente ya no está. Y, en ese punto, nos damos de bruces con la realidad. Y necesitamos reestructurar nuestra vida diaria, indica la especialista. En este sentido, esa reestructuración nos puede ayudar a gestionar mejor el duelo post-vacacional. Tanto a nivel externo, preocupándonos por quién se hará cargo de todas las tareas de las que se responsabilizaba quien ya no está, como a nivel interno.

“Muchas personas viven estas etapas de duelo post-vacacional con mucho estrés y ansiedad. El dolor de reconstruir una rutina en la que ya no estará alguien querido es enorme: no queremos que nadie más lleve a los niños al colegio, pues sería aceptar y acostumbrarnos a renunciar a la compañía de nuestros seres queridos fallecidos. Es una lucha interna: una parte de nosotros, de manera natural, va asimilando su ausencia; la otra se resiste”, detalla Pedrero, quien asegura que volver a cuadrar nuestra rutina sin ellos no es una traición, sino aceptar que la vida sigue y que debemos caminar por ella, aunque ya no podamos contar con su compañía.

 “Pasado un tiempo, el duelo va dejando un poso a lo largo de los días, semanas y meses: de alguna manera, quienes se han ido siguen estando con nosotros. Pero, eso sí, de una manera diferente: viven en nuestros recuerdos, en nuestros pensamientos y en nuestro corazón.”

Por ello, ante el duelo post-vacacional la mejor solución es volver a la rutina y seguir teniendo siempre presentes a los seres queridos, aunque ya no estén. “Recordarles con amor, y no con agobio; con cariño, y no con apego. Que la memoria sea una fuente de fortaleza y no de debilidad: hagámoslo por nosotros y por ellos, por el amor que ahora y siempre nos seguirá uniendo”, concluye Luisa Pedrero.

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